• Esta pregunta nos remonta años y años atrás, cuando el padre y fundador de Arpe patentó la bayeta del sector automóvil hecha de material sintético y multifilamento continuo. Un punto de inflexión, un antes y un después en el futuro de la empresa.

Y, ¿por qué fue tan revolucionario?

Originariamente, los trapos que utilizaban las fábricas de coches en las líneas de producció, y especialmente en las salas blancas, eran de algodón. Un tipo de tejido que desprendía fibras y contaminaba el entorno de trabajo. Para solucionar este problema, la primera propuesta fue cambiar el algodón por un material sintético con ciertas características que minimizaban la contaminación de microplásticos (un conocimiento que ahora nos ha sido muy útil). La segunda, reutilizar los trapos en lugar de desecharlos después del primer uso. Y en estos dos aspectos, el material sintético demostró grandes mejoras y ventajas comparado con el algodón: no contaminaba el entorno y permitía lavarlo más veces.

Cuando los dos hermanos Pera hicieron el relevo generacional de la empresa, se encontraron con el gran dilema: "¿Pasamos a materiales naturales o seguimos con los sintéticos?" Pero la respuesta fue más fácil de lo que parecía:


"Si utilizamos materiales naturales estamos dejando de ser nosotros y pasando de un material sintético que abunda (y se puede reciclar) a un material natural que, si se utiliza y se produce masivamente, no es sostenible."

  • Y aquí es donde se nos rompen los esquemas. Lo cierto es que no todo puede hacerse de materiales naturales. Básicamente porque no habría suficientes, y cultivos y agriculturas que ahora son para comida tendrían que ser para tejidos.

    De lo que sí hay, y en abundancia, son de materiales sintéticos. Todo el plástico creado hasta ahora, si no es que se ha incinerado o lanzado al espacio, sigue todavía en el planeta. Mires donde mires, hay plástico, sobre todo en el ciclo productivo de los humanos. Y aunque luchemos por un planeta más libre de plásticos, también somos conscientes de que éstos son esenciales en los ámbitos médico y tecnológico, entre otros. Y una vez sabemos que no se pueden extinguir por completo, debemos apostar por proyectos y técnicas de economía circular. No podemos desperdiciar este material tan resistente y duradero, sino encontrarle nuevos usos y formas.

Defendemos que es más sostenible aprovechar los materiales que ya tenemos dentro del sistema productivo, y trabajar para mejorarlos.

Cómo se reciclan? ¿Qué gestión de fin de vida tienen? ¿Qué ocurre con los microplásticos? Identificamos los posibles problemas e investigamos cómo los podemos hacer más sostenible.

Apostaremos y priorizaremos los materiales reciclados y reciclables, eco-diseñaremos los productos con una visión de ciclo de vida, utilizaremos menos cantidades y gramajes, crearemos durabilidad y practicidad, buscaremos circularidad en nuestros procesos, hablaremos con individuos y asociaciones expertas, analizaremos el antes y el después de nuestros tejidos y productos, y trabajaremos para mejorarlos y tener el mínimo impacto medioambiental.

Lo haremos y lo estamos haciendo, porque confiamos plenamente en nuestra decisión de utilizar materiales sintéticos.

Nos guste más o menos, los plásticos son esenciales e indispensables en nuestra vida. Ahora, la cuestión es, ¿podremos convivir con ellos?